Uber, Airbnb y la economía compartida
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Gracias a la tecnología, hoy el mundo cada vez es más parecido a un gran patio de juegos. Las distancias se hacen más cortas, y podemos comunicarnos e interactuar con alguien que esté en otra parte del mundo. Ya no tienen sentido las antiguas formas de pagar o de viajar, y por eso lo que ahora se usa es viajar compartiendo, pagar intercambiando y todo lo que nos trae la nueva economía colaborativa, también llamada economía de la confianza. Es un modelo de economía basada en conectar personas particulares, haciendo que todas las partes ganen y se beneficien, se reduzcan los intermediarios y se aprovechen mejor los recursos.
Un joven de Boston gana todos los meses mil dólares extra por alquilar su Mercedes gracias a la plataforma RelayRides, y una familia de Monterrey puede vender un platillo cocinado en casa gracias a la empresa holandesa Shareyourmeal. También se está aplicando la economía compartida en los viajes, los restaurantes y los desplazamientos diarios en la ciudad. Es una nueva forma de consumir productos o servicios a precios más bajos, y al mismo tiempo hace posible obtener un ingreso extra y aprovechar mejor los recursos y bienes de las personas. Si tienes un talento, hay otro que te podrá pagar ofreciéndote el suyo o si tienes una guitarra en tu casa empolvándose, quizá un vecino necesite alquilar una para dar un concierto.
Airbnb es una de las startups pioneras en economía compartida. Más de veinte millones de personas en todo el mundo comparten su departamento o casa, a partir de la genial idea que ha tenido esta empresa. Este modelo ofrece una nueva forma de viajar, más económica y al mismo tiempo más enriquecedora, porque no es lo mismo visitar una ciudad y conocer los típicos puntos turísticos donde solo hay personas de fuera, que introducirse en la vida real de las personas locales, y conocer sus costumbres, probar sus platos y hablar con ellos. Por otro lado, recibir visitas esporádicas de personas de distintas culturas es una oportunidad ideal para conocer gente nueva, y al mismo tiempo permite ganar unos ingresos extra sin salir de casa. La semana pasada la empresa recibió el premio “Disruptor of the year”, por su ejemplo de innovación disruptiva, en el European Online Retail Forum.
Uber es otro caso emblemático, y también polémico. La genialidad de esta empresa que nació en 2009 en San Francisco ha sido crear una app que conecte a pasajeros con chóferes. Las tarifas suelen ser menos costosas que tomar un taxi, y esta ha sido una de las razones por las que la aplicación ha sido tan polémica.
Mientras muchos aprovechan las ventajas de este nuevo modelo de economía basada en compartir y confiar, hay muchas grandes empresas, cadenas hoteleras, taxistas y otros sectores que están enfrentándose a estos cambios sociales y económicos, porque no benefician su negocio. Hay críticas a la falta de regulación, el riesgo de problemas y accidentes, etc. pero la economía colaborativa sigue creciendo y las regulaciones se están comenzando a realizar en muchos países y sectores. El crecimiento parece imparable, y tarde o temprano será inevitable, porque la mentalidad de la sociedad ya está cambiando, y cada día nacen nuevas startups con esta nueva filosofía.